Eduardo López

Serie Democracia, 2009

Tríptico. 3 piezas de 100 x 100 cm.
Acrílico sobre tela

Eduardo López, que se reconoce en una praxis y en una afección que discurre por la pintura y la escritura, ha creado un universo propio en el que podemos encontrar reminiscencias de artistas de las vanguardias modernas (Picabia, Duchamp, Roussel, Jarri, Gómez de la Serna, principalmente), y a la vez una voluntad narrativa que se enfatiza mediante su interés por las series, polípticos o nubes de pequeños cuadros que refieren una constelación plural de narraciones.

Inventa juegos visuales, tipográficos o paisajes para los avatares de lo humano donde el azar y lo inesperado dialoga misteriosamente con lo dispuesto racionalmente. No sorprende, entonces, que en su tríptico de la serie Democracia (2009) surgiera de un políptico iniciado por diminutos bocetos que componían una multiplicidad de ideas, imágenes o metáforas visuales sobre la idea de democracia.

Esta idea, según sus propias palabras, las relaciona con «las de participación, proyecto común y tolerancia, y con puente, construcción y mensaje extendido, o también con muro que no deja nunca nada pero que termina siendo derribado o saltado, y alegría y abrazo (fraternidad), y puerta que se abre dejando ver un paisaje al fondo, nuevo siempre y siempre el mismo y siempre deseado... y todas esas cosas». Finalmente todo ese campo de significaciones las condensó en el tríptico que comentamos

La imagen central, define un espacio, delimitado por las letras de la palabra democracia en su primera acepción griega, en el que cabría representar el ágora, el ámbito para la deliberación y la decisión colectiva. A uno y otro lado de esa imagen, la de un puente y la de un abrazo manifiestan un telos ciudadano y político. Un deseo para la mediación entre valores diferentes y un manifiesto para recrear los ideales de libertad, igualdad y fraternidad.