Iñaki Olazabal

En memoria y reconocimiento de todas las víctimas del terrorismo y de la violencia , 2007

Conjunto escultórico.

En sus inicios como escultor, simpatizó con la acción estética que anhelaba una impronta comunitaria, emparentándose con la cultura del proyecto moderno. Posteriormente, ponderó aquel voluntarismo con una percepción menos ingenua. La propia experiencia además de su estancia formativa en la escuela que fundara Beuys, defensor de la “escultura social”, en Düsseldorf contribuyeron a ese desarrollo posterior de una posición más autocrítica y menos utópica, y más atenta a la indagación formal.

Olazabal ha seguido creando piezas y proyectos que en su mayoría están informados por una poética de la serie: cada pieza tiene un sentido propio a la vez que participa de una secuencia significativa en relación a otras. Las agrupa bajo denominaciones como: Santuarios, Máscaras, Vigilantes/Cámaras, Árboles, o Gotas/Lágrimas.

Otra serie la desplegó junto el río Oria, disponiendo un itinerario escultórico que condensa un mundo propio con derivaciones simbólicas e históricas.

El conjunto escultórico En memoria y reconocimiento de todas las víctimas del terrorismo y la violencia (2007), está integrado por tres piezas construidas en zinc que, sin apenas atributos formales salvo una apertura a la altura de los ojos, representan a la pluralidad de ese colectivo que ha padecido el terrorismo y la violencia. Estas figuras de composición abstracta, aunque asociadas a una referencia humana también en su tamaño, expresan un anhelo de justicia y de reconocimiento, y en su disposición manifiestan un encuentro y confrontación de miradas. Asimismo, la ubicación de esta obra escultórica en el jardín anexo a la entrada de la nueva sede de las Juntas, permitirá un diálogo permanente con quienes accedan a ese edificio y con quienes paseen por los alrededores.

Además, con esta intervención se pretende simbolizar, en palabras del artista, un lugar que comunica el interior y el exterior del espacio, como analogía entre la institución y la sociedad, de manera que ese reconocimiento y diálogo vaya creando una memoria pública más plural, solidaria y abierta.