Técnica mixta. 101,7 x 151,4 cada uno.
Este tríptico de Txomin Badiola se presentó en la muestra Una cantidad exacta de fracasos (2007) celebrada en la galería Moisés Pérez de Albeniz.
Con tal denominación vendría a designar el estatuto problemático tanto de la obra como de su relación con el autor y también con la recepción. Una poética que privilegia la disposición de fragmentos alegóricos pero de significación abierta, frente al ideal clásico de obra cuya significación queda completada y clausurada, le permite enunciar un relato crítico y paradójico sobre la relación entre violencia y civilización.
El ensamblaje de formas, imágenes heteróclitas y textos en un juego de “malas formas” configura unas historias-instalación que suelen ser un dispositivo muy recurrente en este artista. En las mismas despliega una semiosis compleja mediante referencias implícitas al contexto social-histórico, y de modo específico a la realidad vasca, a la imaginería rock y sexual, al ámbito de la subjetividad y de la memoria autobiográfica.
En esta obra SERIE.IDS (2007) reincorpora materiales empleados en instalaciones anteriores como si de un magma de signos dispares se tratara: referencias a grupos de rock, imágenes fílmicas, fragmentos de cómics o periódicos, citas literarias y filosóficas, referencias a la gastronomía y al crimen ritual... configuran una aproximación a los postulados referidos por Freud en su ensayo Tótem y Tabú.
En esta célebre obra indaga el fundamento social y sicológico del origen de la familia humana, cuya primera forma primitiva era gobernada por el padre tiránico y violento. La equivalencia simbólica entre él tótem y el padre permitiría el fundamento paradójico de lo social, lo mitológico y lo religioso mediante la creación de normas y valores civilizatorios. El parricidio originario devenido mito fundacional permitió pasar de la horda primitiva a la horda fraterna. Ese mito retorna bajo la acción del inconsciente pero queda neutralizado por la institución de lo social.
La cita de Blake y las bandas rojas y verdes derivan ese mito universal a un contexto de significación local, aunque un resto enigmático e indecidible venga revelar la intempestiva ambivalencia del arte.